29 abril 2009

Magia Infinitesimal


El mundo daba vueltas en derredor nuestro. Me cogías del talle. Al fondo únicamente, las rastrojeras en el infinito horizonte amarillo, naranja, rojo después. Las notas del acordeón volaban y se perdían; las voces de la gente, los gritos de los niños...y mientras tú y yo dábamos vueltas al son de un regusto de vino, pan y embutido. El vestido de gasa y volantes que mi madre confeccionó para la ocasión, jugueteaba a enredarse en el anillo de tu mano ahora. El polvo del camino de la gente que iba y venía, los plácemes a los padres, largos mostachos, algún que otro borracho; así es la mágia infinitesimal, de un segundo de risas, de un perfume furtivo y pasajero, un color dulcemente grabado, un recuerdo agostado de una tarde, esa en la que envalentonado y rijoso me dijiste por primera y última vez "Te quiero".

4 comentarios:

Eowin dijo...

Me encanto, simplemente eso, otra perlica de su blog.

Besos

Sara Royo dijo...

Hay momentos fugaces q se quedan grabados como si fueran horas y se recuerdan toda una vida.
Saludos.

Anónimo dijo...

Ese único "te quiero" es de los que perviven siempre... siempre

Precioso, Max

Tana dijo...

Primera y última vez... qué triste, no? Hay que decirlo y repetirlo hasta la saciedad, que no quede resquicio de duda... o acaso pierde efectividad por tanto manifiesto? Jooo, Max... ya me has hecho pensar!
Y escribes desde el recuerdo que pervive en una mujer, su magia... ole ole! Yo eso de entrar en lo masculino... no se me da bien, creo que me quedan muy... muy... "plumíferos"
^^ Un besote!